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viernes, 27 de noviembre de 2015

DIA DEL HIMNO NACIONAL

Alli shamushka mashi...



DIA DEL HIMNO NACIONAL DEL ECUADOR
"Juro por el Dios de mis padres, juro por mi patria, juro por mi honor, que no daré tranquilidad a mi alma, ni descanso a mi brazo, hasta no ver rotas las cadenas que oprimen a mi pueblo por voluntad de los poderosos”.
Libertador, Simón Bolívar


El 26 de noviembre todos los ecuatorianos recordamos con fervor cívico el día del Himno Nacional del Ecuador, su letra fue compuesta por el insigne poeta don Juan León Mera nacido en Ambato, y la música por el compositor don Antonio Neumane, nacido en la Isla de Córcega – Francia, quien miraba al Ecuador como su segunda patria. Pocas veces en una canción patria se ha logrado tanta armonía y tanta fuerza espiritual, capaz de despertar el patriotismo hasta en los corazones más insensibles, esta obra maestra es el símbolo genuinamente representativo, marcial y perfecto de la historia y glorias ecuatorianas.
El coro del Himno describe a la Patria ecuatoriana y sus atributos. Empieza con un saludo a la manera romana, y dice: "Salve oh patria, mil veces, oh patria, gloria a ti", para luego describirla como una tierra de paz y felicidad: "ya tu pecho reboza, gozo y paz" al tiempo que alude al sol equinoccional y las antiguas creencias prehispánicas de adoración del sol, cuando afirma: "y tu frente radiosa, más que el sol contemplamos lucir".
La primera estrofa, al referirse a los tiempos coloniales, dice: "la injusta y horrenda desgracia, que pesaba fatal sobre ti", recuerda también, a los hijos de la Patria, en este caso, los próceres del Diez de Agosto, y dice "el yugo que te impuso la ibérica audacia" que se comprometen con la "venganza del monstruo sangriento" y la ruptura "del yugo servil". Varias estrofas están escritas con este acento, de alusión a las guerras de la Independencia, En la segunda estrofa, se alude nuevamente a los próceres del Diez de Agosto, quienes son identificados como "los primeros, los hijos del suelo que soberbio el Pichincha decora". Se hace también una alusión al 2 de agosto de 1810, cuando los españoles masacraron al pueblo sublevado de Quito: "y vertieron su sangre por ti. Dios miró y aceptó el holocausto, y esa sangre fue germen fecundo". La alusión se extiende luego a los ecuatorianos de otras ciudades, como Guayaquil y Cuenca, que se sumaron posteriormente al proceso de la Independencia: "de otros héroes que, atónito el mundo, vio en tu torno a millares surgir."
La tercera estrofa describe poéticamente la Batalla del 24 de mayo de 1822 que tuvo lugar en las faldas del volcán Pichincha, es rememorada con estos versos "De esos héroes al brazo de hierro, nada tuvo invencible la tierra, y del valle a la altísima sierra, se escuchaba el fragor de la lid". El carácter libertario de la Batalla se recuerda de esta forma: "tras la lid la victoria volaba, libertad tras el triunfo venía, y al león destrozado se oía, de impotencia y despecho rugir".
La cuarta estrofa recuerda el legado de libertad de la independencia, y, advierte sobre la disposición de los ecuatorianos de defender, entonces y por siempre, su soberanía: "hoy, ¡oh Patria!, tu libre existencia, es la noble y magnífica herencia, que nos dio el heroísmo feliz, de las manos paternas la hubimos; nadie intente arrancárnosla ahora, ni nuestra ira excitar vengadora, quiera, necio o audaz, contra sí.
La quinta estrofa reitera la desafiante postura del Ecuador frente al intento de reconquista: "Venga el hierro y el plomo fulmíneo, que a la idea de guerra y venganza, se despierta la heroica pujanza, que hizo al fiero español sucumbir".
Finalmente, la sexta estrofa presenta una invocación a las volcanes ecuatorianos, representados por el Pichincha, para que, en caso de una invasión extranjera, destruyan el país para que el invasor no pueda apropiarse de él. "Y si nuevas cadenas prepara, la injusticia de bárbara suerte, ¡gran Pichincha! prevén tú la muerte, de la Patria y sus hijos al fin; hunde al punto en tus hondas entrañas, cuanto existe en tu tierra, el tirano, huelle solo cenizas y en vano, busque rastro de ser junto a ti". En esta estrofa, podría encontrarse también una alusión a la resistencia de los indígenas a los conquistadores españoles, pues en 1534 el volcán Tungurahua hizo erupción, mientras Rumiñahui incendiaba la ciudad de Quito para no dejarla a las tropas de Sebastián de Benalcázar.
Hay que recordar que hubo otros intentos por dotar al país de una Canción Nacional. Eb 1830-1832: El guayaquileño José Joaquín de Olmedo escribe una Canción Nacional (un coro y cuatro estrofas) en homenaje al naciente Estado ecuatoriano. En 1833: Un himno con título de Canción Ecuatoriana (seis estrofas). En 1838: Una Canción Nacional (coro y cinco estrofas). En 1865: El músico argentino, Juan José Allende, presenta al Congreso Nacional un proyecto de musicalización de la letra del Dr. José Joaquín de Olmedo, pero aquello no tuvo la suficiente acogida. En noviembre de 1865, por expreso pedido del presidente del Senado, Dr. Nicolás Espinosa, el poeta ambateño Juan León Mera Martínez, para entonces secretario de dicha función del Estado, escribe y entrega la letra del Himno Nacional, que luego de ser conocida por los congresistas es enviada a Guayaquil para que el maestro Antonio Neumane le ponga música. 1866: El 16 de enero se publica la versión completa de la letra de Juan León Mera. En 1913: El escritor y diplomático guayaquileño Víctor Manuel Rendón, entrega un nuevo himno con letra adaptada a la música de Antonio Neumane. 1947-1948: El Dr. José Miguel García Moreno, ministro de Educación del gobierno de Carlos Julio Arosemena Tola, comisiona al religioso jesuita Aurelio Espinosa Polit y a Juan León Mera Iturralde, hijo del ilustre tungurahuense, para que estudien y cotejen las versiones que se conocían. Luego de un detenido estudio finalmente los comisionados recomiendan la expedición de un decreto que declare Himno Nacional del Ecuador a la letra de Juan León Mera Martínez. 1948: El Congreso Nacional declaró Himno Oficial e intangible a los versos del autor ambateño, con fecha 29 de septiembre. El Ejecutivo sancionó el decreto legislativo el 8 de noviembre y en el Registro Oficial No. 68 del 23 de noviembre se publicó dicha letra. Era presidente de la República Galo Plaza Lasso. 1965: Al cumplirse el primer centenario de la letra del Himno Nacional, la Junta Militar de Gobierno que regía el país, procede a declarar el 26 de noviembre de cada año como Día del Himno Nacional del Ecuador. El decreto se expidió el 24 de noviembre. 1977: El Consejo Supremo de Gobierno, por decreto del 11 de marzo, dispone la supresión de ciertas repeticiones en el Himno Nacional a objeto de hacerlo menos extenso y propender a que la ciudadanía lo cante correctamente. Con justicia los ecuatorianos recordamos con gratitud y respeto a sus autores: Juan León Mera y Antonio Neumane
 Señoras y señores.

¡Viva la Patria por siempre y para siempre!!!

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